El consumo moderado del vino tinto ayuda a contrarrestar
diversas enfermedades, especialmente las del corazón. Aumenta el “colesterol
bueno” (HDL) en la sangre. Reduce las alergias. Contiene vitaminas que combaten
el envejecimiento y ayudan a tener una piel más bella. Evita la formación de
coágulos, mejora la circulación de sangre en el cerebro. Aporta minerales y
oligoelementos al cuerpo: magnesio, zinc, litio, calcio, hierro y potasio.
Disminuye el riesgo de padecer hemorroides y várices. Controla las infecciones
urinarias y evita la formación de cálculos renales.
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